martes, 22 de julio de 2008

Los niños no cansan, entretienen.

Xavier ya tiene un añito, es un niño bueno... Por la mañana cuando me voy a trabajar se despide de mí con la manita, mientras emite un sonido que imita un decir adiós. Cuando llego se me avalanza como si llevara dos meses fuera. El tiempo es largo para ellos, pero por suerte no me añora cuando no estoy con él y es feliz igualmente en mis horas laborables. Por tanto, hay equilibrio. Eso es importante.

Alguien me dijo que a partir del año, año y medio empieza otra etapa. Pasas del cansancio físico, al psicológico. No estoy tan de acuerdo. No he tenido tanto cansancio físico por lo menos hasta el momento. Gran parte no es más que el de pasarlo bien con ellos (y el de arrastrar sueño los primeros meses, eso sí jajajaa). Cuando vas a la playa y llegas a casa después de todo el día de aquí para allá, también estás cansada... Pues algo comparable sería. No, los niños no dan tanto trabajo... Alguien que me lea pensará tal vez que estoy mintiendo. Yo misma me sorprendería de mis palabras si aún no tuviera niños y leyera esto en algún sitio. Pensaría, esta tía está loca! Jajajaa Pero ahora así lo creo.

Los niños solo piden que estés siempre con ellos, piden atención. Y por tanto, no nos sobra el tiempo para mucho más. Eso es lo que acaba estresándonos a veces seguramente, y no el rato tan exclusivo y deseado que pasamos a diario con nuestros hijos dejando de lado los problemas, las tareas domésticas, todo lo que realmente nos agota. Porque quien juega con un niño en el parque no está pensando en su jefe, ni en cuánto ha subido el euribor, ni en qué hará para cenar mañana… Más bien se está desestresando, está disfrutando. Xavier por ejemplo no sabe entretenerse solo, es como una especie de agradecimiento que me demuestra: "dejaré que pases el día completo conmigo" me dice con la mirada. Así de generoso es. Es un regalo que nos dan. Un regalo para toda la vida, como diría Carlos González.

Luego muchas veces, por necesidad impositiva, le pongo un rato los dibujitos para que pueda acabar de fregar los platos, poner una lavadora, o simplemente ir al lavabo un momento jajaa Y entonces lo escucho hacer una carcajada cuando ve a los monitos del baby Einstein haciéndose pasar por elefantes. Mi niño ya sabe reir, y nos hace reir también, que no es poco en los tiempos que corren. Qué os parece? Quién dice que no son maravillosos! (los niños, no esos monitos del baby Einstein jajaaa) Una vez os contaré mi idea romántica sobre que un día la sonrisa de un niño salvará el mundo. jajaa pero será más adelante.

El cansancio psicológico. A eso vamos. Supongo que lo que me querían decir es que empiezan a expresar lo que quieren. Que entienden y que por tanto también contradicen tus deseos. No pasa nada, así somos todos y nos aguantamos, ellos nos aguantan también. Acaso un niño no se cansa del adulto? Estoy segura de que sí. Pues Xavier también ha empezado a pedir bien lo que quiere. Señala con claridad, no habla pero se hace entender. Le dices "silla" y es capaz de mirarte y enseñarte donde está. Es una etapa increíble. Pegan un cambio brutal.

Ayer quería estar en el bordillo de la acera, subiendo bajando, subiendo bajando. No es posible, el bordillo da a la carretera y es peligroso. Bien, buscaremos el bordillo de un árbol, el de una portería, no sé, algo se me ocurrirá. Lo mismo con tantas cosas. A veces me las tengo que ingeniar, ponerle imaginación y pensar en entretenerlo con otra cosa Sí lo reconozco, a veces soy poco imaginativa y Xavier acaba llorando. Entonces es cuando sí sufro psicológicamente jajaa

Pues nada. Dejo este rollo ya que ahora sí he conseguido cansaros! ;-) Y yo me he cansado de tanto escribir… Vaaale, de eso no me canso nunca… ni de hablar, dicen las malas lenguas jajaa pero es verdad, tengo poco tiempo para esto también. Ya lo ves, priorizo esos ratos tan exclusivos y deseados con Xavier ;-)

1 comentario:

Meritxell Sánchez dijo...

¡Estás hecha una madraza, Merche!
Me gusta mucho este post porque cuentas tan bien tu vida diaria con Xavier que parece que podamos verte.
Me has dado una idea para poder hacer tareas básicas del día a día sin que Martí llore, sin tener que dejarlo encerrado en el parque (ya ves, mira que no caer antes en ponerle un ratito Baby Einstein! a veces creo que ser madre me ha hecho perder unas cuantas neuronas...) ;-)
No me enrollo más. Sólo añadir que tienes razón. No cansan tanto, aunque yo más bien diría que absorben mucho, que no es lo mismo, y eso puede llegar a agotar algunos días, puesto que piden afecto y atención constante.