miércoles, 23 de julio de 2008

El excursionista.

Quizás no pueda creer ni yo misma en lo que me he convertido. No sé, debe haber alguna explicación aunque sea irracional para combatir la duda. Es como el excursionista que por primera vez explora su cima más alta y descubre allí un lugar indescriptible. Por qué no haber subido antes, se pregunta. Y después de haber vivido la experiencia le parece mentira que hace unos meses, más de un año ya tal vez, se planteara que quizás no estaba preparado para la escalada. Y sentirte ahora más “tu mismo” que nunca. Pensar que todo este tiempo ha sido solo un ensayo y ésta la prueba definitiva. Superando la falta de oxígeno que a veces ahoga, la presión que por momentos te oprime el pecho… Y aquí estamos: en la cima. Qué más da si de la montaña o de la satisfacción personal. Llámalo como quieras llamarlo.

1 comentario:

Meritxell Sánchez dijo...

Bonita metáfora. Yo también me pregunto lo mismo.

¡Saludos de otra excursionista que ha conseguido llegar a la cima! ;-)