jueves, 31 de julio de 2008
Rozando vacaciones.
Pues he hecho referencia al viaje del papi diciendo "ánimos papi que pasará rápido ya lo verás" y lo que tenía que haber dicho en realidad es un "ánimos papi no nos pasará nada esta vez ya lo verás" y es que la última vez que se fue de viaje 3 días (hace solo unas semanas), Xavi se me cayó de morros al suelo y acabamos en urgencias. Se dice pronto pero vaya sustooo! Era la primera vez que se caía y se hacía daño... Y me pilló en casa sola! Así que cuando salimos del hospital sabiendo que el susto acabó en nada, ya decidí llamar al papi para decirle "el nene ya está bien... pero mira lo que nos ha pasado..." jajajaa Y ahora ya estoy pensando en que más sustos nos vamos a llevar a partir del momento que Xavier decida soltarse de la única manita que todavía le acompaña a todas partes, porque cuando quiere es muy burrote... Pero bueno, ya veremos cuando eso ocurra qué hacemos con ese "padecer" contínuo de padres.
Bueno pues nada... He aprovechado este paréntesis para soltaros otro rollo de los míos y deciros que casi estoy rozando mis vacaciones. :-)
miércoles, 30 de julio de 2008
Si tú lees, ellos leen


Y cómo no, también compré un par para Xavier que le encantan y se entretiene mucho pasando las hojas sin parar:


Fijaros que el primero de ellos tiene un botón en la rueda del coche policía que cuando lo pulsas suena una sirena. jajajaaa Xavier no deja de darle. jajaaaa Respecto al segundo, os diré que ya tenía el de "veig un ós de peluix" de la misma colección y le gustó mucho de forma que a éste ya no le ha hecho ni caso. Así es Xavier jajaaa
Pues eso, que me he aplicado el cuento de "Si tú lees, ellos leen" y he comprado libros para todos! ;-)
Si solo fuera eso...
La situación que se daba en el parque era la de una madre que cuando su hijo viene llorando a sus faldas por haber recibido una patada de una niña, la madre se ensaña aún más con él advirtiendo que se lo tenía bien merecido y que así aprenderá. Una vez leí que la bofetada de un desconocido duele, y la de un padre hiere. Qué gran diferencia! Me parece muy acertada la comparativa. De verdad me pregunto con qué corazón se puede imponer una autoridad tan severa y no tener remordimientos o cierto grado de compasión. A partir de ese momento podría cuestionarme en qué escala de valores viven ciertas personas y cómo puede eso afectar a una mente limpia y humilde que todavía está descubriendo su entorno. Seguramente afecte negativamente. "Pero qué más da, si al fin y al cabo solo es un niño y ni entiende ni sufre ni padece!" Podrían llegar a pensar esas personas inmersas en su indiferencia infinita.
No nos pertenecen! (nuestros hijos) por si alguien lo cree todavía. Ni siquiera nos pertenece el poder de negarles la única posibilidad que tienen de convertirse en niños felices: una infancia justa o al menos comprensiva. No tenemos "el derecho" por encima de todos sus derechos. No somos nadie, nosotros, cargados a las espaldas de errores cómo vamos a poder juzgarlos a ellos, que nos miran con cariño aún cuando nos hemos equivocado ya mil veces. Yo no me atrevo a juzgar a esa madre, no puedo saber qué clase de vida lleva, y espera para sus hijos. Ni que infancia tuvo. No sé si la vida a ella le trata mejor o tal vez su actitud sea fruto de su fracaso. Pero ese niño, que después de todo seguía llorando pegado a su regazo, tal vez se merezca otra cosa. Un poco de respeto solamente. Si solo fuera eso...
martes, 29 de julio de 2008
Tantas cosas que pasan...
Yo estoy un poco como así así, como chafadeta, como cansaeta de dormir poco y estar preocupada... Pero se me pasará, porque este sábado ya nos vamos de vacaciones y Xavier se va a olvidar de las fiebres y todo lo demás. Sabéis? Tengo especial ilusión en que son sus primeras vacaciones, pienso hacerle muchas fotos, grabarlo en vídeo, meterlo en la playa, en la piscina, jugar con las piedritas... jajaa
Por cierto, vaya tela también! El jueves pasado Xavier tb me dió un buen susto... Yo no estoy preparada para todo esto jajajaaaaa lo digo irónicamente. Pues eso, se metió dos piedras en la boca mientras jugaba en el parque. Una pareja vino a ayudarnos advirtiendo que pusieramos a Xavier boca abajo para que las escupiera. No fue así y finalmente tuve que sacárselas con la mano. De todos modos tienen una protección que les obliga a dar arcadas antes de tragarse algo indebido, de forma que eso ayuda a que no se lo traguen. Pero nunca se sabe. Os cuento tb un posible "remedio" que puede ser fatal: pensar en darles agua. Ves que no tragan, que se atragantan, que dan arcadas y a alguien se le puede ocurrir "pues dale agua". Yo antes me aseguraría de qué tiene en la boca, si es una piedra p.e. y encima le das agua sí pueden tragársela... No sé, lo digo yo que no tengo ni idea. Pues eso, que si algo estoy aprendiendo con Xavier es que no se les puede quitar ojo ni un momento... Cada minuto cuenta y pueden pasarles miles de cosas. La suerte también es importante. Entre eso y la vacuna triple vírica, vamos listos! jajaaaa Por suerte Xavi ya está mejor... cruzo los dedos, pobrete.
miércoles, 23 de julio de 2008
El excursionista.
martes, 22 de julio de 2008
Los niños no cansan, entretienen.
Alguien me dijo que a partir del año, año y medio empieza otra etapa. Pasas del cansancio físico, al psicológico. No estoy tan de acuerdo. No he tenido tanto cansancio físico por lo menos hasta el momento. Gran parte no es más que el de pasarlo bien con ellos (y el de arrastrar sueño los primeros meses, eso sí jajajaa). Cuando vas a la playa y llegas a casa después de todo el día de aquí para allá, también estás cansada... Pues algo comparable sería. No, los niños no dan tanto trabajo... Alguien que me lea pensará tal vez que estoy mintiendo. Yo misma me sorprendería de mis palabras si aún no tuviera niños y leyera esto en algún sitio. Pensaría, esta tía está loca! Jajajaa Pero ahora así lo creo.
Los niños solo piden que estés siempre con ellos, piden atención. Y por tanto, no nos sobra el tiempo para mucho más. Eso es lo que acaba estresándonos a veces seguramente, y no el rato tan exclusivo y deseado que pasamos a diario con nuestros hijos dejando de lado los problemas, las tareas domésticas, todo lo que realmente nos agota. Porque quien juega con un niño en el parque no está pensando en su jefe, ni en cuánto ha subido el euribor, ni en qué hará para cenar mañana… Más bien se está desestresando, está disfrutando. Xavier por ejemplo no sabe entretenerse solo, es como una especie de agradecimiento que me demuestra: "dejaré que pases el día completo conmigo" me dice con la mirada. Así de generoso es. Es un regalo que nos dan. Un regalo para toda la vida, como diría Carlos González.
Luego muchas veces, por necesidad impositiva, le pongo un rato los dibujitos para que pueda acabar de fregar los platos, poner una lavadora, o simplemente ir al lavabo un momento jajaa Y entonces lo escucho hacer una carcajada cuando ve a los monitos del baby Einstein haciéndose pasar por elefantes. Mi niño ya sabe reir, y nos hace reir también, que no es poco en los tiempos que corren. Qué os parece? Quién dice que no son maravillosos! (los niños, no esos monitos del baby Einstein jajaaa) Una vez os contaré mi idea romántica sobre que un día la sonrisa de un niño salvará el mundo. jajaa pero será más adelante.
El cansancio psicológico. A eso vamos. Supongo que lo que me querían decir es que empiezan a expresar lo que quieren. Que entienden y que por tanto también contradicen tus deseos. No pasa nada, así somos todos y nos aguantamos, ellos nos aguantan también. Acaso un niño no se cansa del adulto? Estoy segura de que sí. Pues Xavier también ha empezado a pedir bien lo que quiere. Señala con claridad, no habla pero se hace entender. Le dices "silla" y es capaz de mirarte y enseñarte donde está. Es una etapa increíble. Pegan un cambio brutal.
Ayer quería estar en el bordillo de la acera, subiendo bajando, subiendo bajando. No es posible, el bordillo da a la carretera y es peligroso. Bien, buscaremos el bordillo de un árbol, el de una portería, no sé, algo se me ocurrirá. Lo mismo con tantas cosas. A veces me las tengo que ingeniar, ponerle imaginación y pensar en entretenerlo con otra cosa Sí lo reconozco, a veces soy poco imaginativa y Xavier acaba llorando. Entonces es cuando sí sufro psicológicamente jajaa
Pues nada. Dejo este rollo ya que ahora sí he conseguido cansaros! ;-) Y yo me he cansado de tanto escribir… Vaaale, de eso no me canso nunca… ni de hablar, dicen las malas lenguas jajaa pero es verdad, tengo poco tiempo para esto también. Ya lo ves, priorizo esos ratos tan exclusivos y deseados con Xavier ;-)
lunes, 21 de julio de 2008
Que sepa dormir la noche entera.
Intento vivir cada instante con Xavier. Porque cada ciclo diario es irrepetible. Único en su persona, en su forma de hacerme ver la vida tan emotiva girando en torno a él.
domingo, 20 de julio de 2008
Vacunas
Confiad en los profesionales pero mi experiencia me dice que la valoración personal es muy determinante a la hora de encontrar lo mejor para nuestros hijos, y el mensaje sería: no dejéis en manos de otros lo que también podéis valorar vosotros. Sea cual sea vuestra postura.
Para los papis que dicen “vacunamos” os paso la página que me ha sido de gran ayuda para ver qué vacunas hay, para qué son cada una, cuándo se propone ponerla, etc…
No todas entran por la ss, y justamente por ello a veces no se nos plantean todas las posibilidades. Por si os interesa:
http://www.vacunasaep.org/
Pues ahí queda eso! ;-)
miércoles, 16 de julio de 2008
Los lunes por la tarde.
Me parecía un mundo tan desconocido que a veces no encontraba el camino. Y en cierta manera puedes llegar a hundirte alguna vez. Estamos acostumbrados a controlar las situaciones: en el trabajo, en casa, en la vida. Sentir que eres capaz de enfrentarte a lo desconocido porque tienes la capacidad de hacerlo y porque simplemente te has enfrentado otras veces, en otras cosas, pero te sientes capaz al fin y al cabo. Pero esta vez, no era igual que otras veces. Esta vez había un algo más que me hacía dudar si ciertamente sería capaz de controlar cada posible situación que pudiera darse. Si el llanto continuado de un niño que no se calma no te hace sentir impotente, quizás es que sencillamente no eres persona. Y mi sensibilidad se había multiplicado por un factor casi infinito, de forma que la combinación era explosiva.
Sí, a veces pienso que tal vez soy muy negativa cuando trato estos temas. Quizás es mi visión subjetiva de que lo pasé realmente mal algunos días. La combinación de incerteza frente a los llantos frecuentes de Xavier, que era un bebé intranquilo, afrontando también mis problemillas en cuestiones de salud (infección de puntos, fisuras, fiebres, otitis…) en aquel momento en que mi baby necesitaba toda mi atención. Sí, había días que me preguntaba cómo superaría la situación. Pero ahí estaba, para intentarlo de todas las formas posibles: le cantaremos una canción, le haremos masajitos, le acunaremos, le pondremos al pechito… así hasta tener la sensación que Xavier caía agotado. No parece fácil verdad? Pues os diré que no siempre ocurre así, de hecho la mayoría de casos que conozco actualmente no dejan de sorprenderme. Madres que se encuentran perfectamente después de pasar por un parto y aseguran que el bebé come y duerme, come y duerme, come y duerme … Bueno, algunos ratos para jugar también pedirán no? Esos son los momentos más grandes. :-) Ahora sí parece fácil verdad?
Pues bien. Hubo especialmente una reunión que me marcó de manera que aún me acuerdo. Todas teníamos nuestras historias, por qué no, todas diferentes y todas parecidas en cierta forma. Una mujer narró la suya, y sentí cómo en el fondo siempre, en cada una de nosotras, queda algo que superar.
Explicó cómo habia sido el nacimiento de su hijo por cesárea. Cómo ella permaneció durante más de una hora con una incompleta consciencia de lo que le rodeaba. De forma que se preguntaba si los médicos habían hecho lo que ella había pedido expresamente que hicieran en caso de producirse esa situación: ponerle al pecho al bebé recién nacido durante su primer contacto con el exterior. Decía, con los ojos llenos de lágrimas, que le aseguraron en el hospital que así fue. Pero ella no lo había vivido. Y eso le pesaba tanto como el hormigón.
Para mí, una historia increíble. Podía compararla con mi peso de hormigón también, mi gran dolor todavía cuando recordaba el momento en que las pulsaciones de Xavier cayeron y la sala de dilatación se llenó de médicos. Nada es comparable en realidad. Cada sentimiento es diferente. Pero alguien comentó entonces, en aquella reunión, que debíamos superar lo que no fue como hubiéramos querido que fuera. Era bueno sacarlo hacia fuera y eso nos ayudaría. No conté mi historia, pero me sentí algo aliviada sabiendo que podía ser una sensación normal… Debía aprender, debíamos aprender a convivir con ello. Y sobretodo, mirar hacia delante.
Para todo eso me sirvieron los lunes por la tarde. No solo era lactancia materna, tema fundamental, era también superación, era aprendizaje, era conocernos a nosotras mismas en nuestra nueva situación. Era todo aquello que necesitaba en el momento en que lo necesitaba. Cuando mi cabeza aún tenía muchos por qués que cuestionarse. Y para mí fue todo el conjunto como una terapia de reencuentro. Habían madres con los mismos problemas que yo y trataban de acostumbrarse, como yo, a la nueva situación de “estado de alerta” contínuo por la que pasábamos. Aún hoy nos cruzamos por el parque, paseando, en cualquier sitio, y nos reimos y nos decimos cosas como “Ahora ya todo mejor verdad?” jajajaa Es gracioso.
PD: Por si no lo he dicho... Gracias a esa gran labor que hacen las asociaciones de lactancia materna! Es un bien social imprescindible. Muchas gracias por todo. De corazón. :-)
martes, 15 de julio de 2008
Madre primeriza
Una vez fuimos al hospital a visitar un familiar. Xavier no venía, no era buen lugar para él. Al lado una anciana que pregunta, que comenta, que quiere saber. Alguien dice “y ellos acaban de tener un bebé” Y la mujer me mira, y me pregunta y me comenta… “vaya… cómo se quiere a un hijo verdad?” Un comentario clásico, de esos que has escuchado mil veces en la vida, de tus abuelos, de una amiga, de tu madre… De esos que parecen tan vagos en contenido, que parecen un decir por decir. Y de nuevo esa sensación tan fuerte que has sentido más veces desde su nacimiento… Qué debe ser? Es plenitud. Que no te deja contestar, porque de pronto has sentido un nudo en la garganta… Los ojos te piden llorar… Por primera vez lo sientes así: Soy madre y ahora sé lo que se siente. Es la maternidad y ese comentario clásico te ha golpeado el interior dulcemente. Y lo único que te sale es un “Ya lo puede decir, señora”. Y todo eso mientras los ojos aún te piden llorar.
viernes, 11 de julio de 2008
Un futuro solamente

http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=526010&idseccio_PK=1021
Gracias Rosita por comentarme la "new". No la había leído todavía.
miércoles, 9 de julio de 2008
Todo lo que piden.
Vale! He caido en el error de darte un consejo! Vaya! pero sabes? Este es de los del primer ejemplo “con buena intención y un fin positivo” ;-) Yestá claro que no te lo daría si pensara que no sirve de nada… Así que como a mí me ha servido, te lo cuento. Te cuento que por ejemplo he cogido en bracitos a Xavier siempre que ha hecho falta y cuando no también. Y no se ha acostumbrado a los brazos. Y me pregunto igualmente “y qué? Y qué pasaría si se hubiera acostumbrado?” No sé si existe esa posibilidad yo sinceramente diría que no ocurre, pero igualmente me planteo que es mucho mejor eso que llorar por falta de cariño. Y los hay que lloran por eso también.
Ahora estamos en una etapa en que Xavier solo quiere estar con la mami. Es verdaderamente un apego contínuo cuando está conmigo… Será que le he dado bracitos desde que nació, verdad? Quién se atreve a decirme que si no se los hubiera dado, que si me hubiera aguantado ese impulso incontenible de darle toda la atención que necesita (fijaros que no digo pide digo necesita) entonces ahora no me pediría compañía. Quién se atreve a decirme que el niño al que nadie acurruca cuando llora no busca la misma compañía de su madre. Quizás ya ha desistido y simplemente se conforma. Solo esa posibilidad me hiela el alma. O peor aún, debe ser que como estoy mucho con él, todo el tiempo que puedo, se acostumbra y por ello pide más y más compañía... Solución: quizás deba marcharme de casa hasta que el niño tenga 10 años más.
Mucha gente dice, cree que me equivoco... que soy demasiado "permisiva"... fijaros que Xavier solo tiene casi 12 meses y pueden pensar que ya estoy siendo muy vulnerable. A veces me pregunto qué debe ser eso a lo que tenemos tanto miedo? Si debe ser que que a un niño se le de lo que necesita es un mal general, social y mundial. Tendremos que pedir permiso al Gobierno! Anda que ellos sí lo hacen bien todo! Vayaaa... Me he ido del tema jajaaa Pues eso... que sí, tal vez me equivoco, estoy convencida que muchas veces al día, pero si de algo me he de equivocar que sea con amor. No quiero preguntarme de aquí a unos años qué habría pasado si hubiera hecho más caso a mis hijos. No quiero pregutarme si he hecho conformarse a ese niño que nadie acurrucaba cuando pedía la compañía de su madre. No quiero arrepentirme de haber dejado de hacer las cosas que nos apetecían, a mi hijo y a mí.
Y quién dice que le damos todo lo que piden? pues no, eso es imposible. Por mucho que nos esforzáramos aún así estoy convencida que no lo consiguiríamos. Me da pena cuando me lo llevo al parque y luego llora porque no quiere marcharse. Me da pena cuando vamos a comprar y llevando bolsas por todas partes le tengo que decir que ahora no puedo cogerlo un rato. Cuando lo tenga que llevar a la guardería, cuando tenga que estar calladito en el médico, cuando no pueda dar más pasitos agarrado a mis manos porque mi espalda empieza a quejarse... En serio hacen lo que quieren? yo diría que la mayoría del día hacen lo que nosotros queremos y solo a intervalos lo que realmente les apetece a ellos. Así que más vale analicemos mucho mejor frases como "hacen lo que quieren" "se salen con la suya siempre"... y dejemos de ser hipócritas en este sentido.
En relación a todo esto que os he ido comentado lógicamente ya véis mi punto de vista, mi política personal, mis preferencias acerca de cómo educar a Xavier jajajaa sí, un poco vienen los tiros por las teorías revolucionarias de Carlos González... En las que, desde mi humilde opinión, se le da un enfoque mucho más humano a la crianza de los niños de forma que todo parece como más natural. Lógicamente, cada uno tenemos luego nuestra visión personalizada, pero es que después de leer su primer libro pensé "por fin hay alguien que me ha abierto la mente de verdad".
Pues bien, algo que me llamó la atención en relación a su libro "bésame mucho" fue también la idea de que no dejar a los niños hacer lo que quieren cuando ello suponga un riesgo para su salud, el medio ambiente, etc... Y no tenerlos limitados con el resto de cosas sin importancia. No recuerdo exactamente, perdonadme por ello. Pero creo que se entiende la idea. Me resultó brillante. No se me habría ocurrido planteármelo así. El otro día estaba en el parque con Xavier. Él estaba en el columpio y se puso a chupar y morder el agarre. Lógicamente le dije "Xavi no, el columpio está muy sucio". Pues bien, me miró y de pronto se puso a llorar como un descosido. Me di cuenta de lo mucho que entienden ya a esta edad, que solo cambiar un poco el tono de voz por primera vez él se había dado "excesiva" cuenta que era una riña. No os imagináis la penita que me dio. Son demasiado sensibles! y nos entienden... por qué reñirlos por otras cosas sin importancia cuando ellos son así de sentidos. Creo que ese día Xavier daba un paso más hacia la compresión.
Pues nada Xavier... Vamos a las conclusiones… Que ya veremos de aquí a unos años cómo has crecido. Gran parte de lo que seas será por tu carácter, otra gran parte por cómo hayan ido las cosas y la parte que queda, tal vez la mala posiblemente, sea culpa de cómo te han criado tus padres... Pero vamos a arriesgarnos a cuidarte con todo el cariño del mundo! Quizás hasta puede irnos bien, nunca se sabe! :-)
miércoles, 2 de julio de 2008
Niños malos
En la mayoría de los casos los niños tienen un comportamiento correcto respecto a su edad. Somos los padres que estamos demasiado cansados de trabajar, demasiado poco pacientes ese día, o demasiado poco receptivos para valorar alguna otra alternativa posible que no sea “se está portando mal”.
Los niños son puros, sinceros, transparentes, humildes. Solo el paso de los años y nuestros deseos de corregir sus instintos, les corrompe con el tiempo.
Los niños tampoco engañan. Prueba de meter olivas en un bote y pedirle que le diga a mamá que puso canicas. Algunos padres, en cambio, sí que mienten cuando les dicen a sus hijos que si no se portan bien vendrá el lobo o si dicen mentiras les crecerá la nariz como a pinocho.
Luego, a pesar de todo, nos perdonan. Por decirles que son malos, por engañarles con el lobo, por no ser pacientes ese día. Y lo hacen pronto, muy pronto. Es un valor añadido e innato a su noble personalidad. Un niño perdona siempre, un adulto solo a veces… Un niño olvida lo que le hiciste… Un adulto casi siempre lo recuerda... y te lo recuerda, también.
Deberíamos hacer un ejercicio siempre antes de malpensar, de dudar de nuestros hijos. El ejercicio de preguntarnos un "y si...?". Y si cabe otra posibilidad? y si no lo hace por maldad y lo hace por bondad? Recuerdo el ejemplo conocido de la madre que se enfada porque el niño con los abuelos recorre largas distancias y con ella se cansa pronto de caminar. Y si el hijo lo hace con la consciencia de que los abuelos no podrán cogerlo cuando está cansado? y si está siendo más bondadoso que malo? Tan solo esa mínima posibilidad debería hacernos reflexionar antes de juzgar y plantearnos que hay generosidad en las acciones de nuestros hijos.
También existe la extraña expresión de "no lo cojas que se acostumbra" que tanto daño ha hecho a esta sociedad debido a que está tan generalizada que hasta lo damos por hecho. He escuchado decirlo incluso tratándose de bebés tan pequeños que me daría hasta angustia negarle unos bracitos de consuelo.
Al final, a los padres confundidos lo único que nos quedaría es dejar de lado el "qué dirán", olvidar los "tópicos", los “malos consejos”, y hacer caso a nuestros instintos y buenas intenciones.
Me conmovió una vez escuchar a una madre arrepentirse de cómo había criado a su primer hijo y decir que con el segundo fue totalmente diferente. Porque a tiempo entendió que se había perdido un montón de cosas la primera vez por hacer caso de tantos consejos ajenos y no escucharse más a sí misma ni a su bebé.
Lo único que puedo decir después de todo, es que cada uno críe a sus hijos como crea, como buenamente sepa... pero que prime siempre el respeto y sobretodo nos dejemos llevar más por el corazón. Y que no hace falta que sean niños altos o guapos, tranquilos o más listos… Que simplemente nuestros hijos sean niños sanos y les hagamos felices.
No puedo evitarlo...
Con ironía digo siempre “sí, me he vuelto medio tonta desde que soy madre” jajajaa
- porque antes de acostarme ahora compruebo bien la llave del gas, que la puerta de entrada esté cerrada…
- Porque cuando escucho cualquier ruido pego un buen salto de la cama.
- Porque me entran ganas de darle bracitos a ese niño que llora mientras su madre carga las bolsas en el carro.
- Porque a veces no escucho las conversaciones animadas y estoy solo pendiente de ese angelito que juega.
- porque cuando de noche paso por la puerta de su habitación asomo la nariz para respirar el aire que huele a bebé.
- Porque busco dibujitos en el emule.
- Porque me rio de pensar que no tenía ni idea cuando opinaba de niños sin tenerlos.
- Porque no me apetece irme de fin de semana sin niños ni acostarme muy muy tarde.
- Porque ya no tengo tiempo para leer los emails en cadena.
- Porque una habitación llena de juguetes me parece algo divertido y no puro desorden.
- Porque cualquier incidente con Xavier me hace sentir que se va a acabar el mundo.
- Porque palabras como “vacuna” “colegio” ahora me provocan interés infinito.
- Porque ahora gasto más en teléfono.
- Porque me he vuelto más protectora
- Porque me pregunto a diario por qué no tenemos más tiempo para disfrutar de nuestros hijos.
- Porque no puedo ver el telediario sin pensar en el futuro de Xavier.
- Porque veo cómo los padres nos equivocamos a diario. Los niños no son malos.
- Porque me vuelvo pesada dando indicaciones cuando dejo a Xavier con la abuela que ha criado más niños que yo.
- Porque siempre respeto los semáforos al cruzar.
- Porque al oir un llanto reacciono inmediatamente y me bloqueo para todo lo demás.
- Porque siento que ya no soy la misma. Aunque tal vez nunca dejé de serlo, ahora me siento mejor persona, más humana.
- Porque me pinté la cara en carnaval.
- Porque empiezo a entender perfectamente a mi madre.
- Porque veo una embarazada y pienso en cómo me sentía.
- Porque veo a Xavier en todos sitios y situaciones… en cada niño.