domingo, 25 de mayo de 2008

Mi experiencia "lactante": Fisura

Esta fue mi dolencia más difícil de llevar durante los primeros meses con Xavier. Me duele hasta al acordarme incluso, sí fue difícil. En este caso fisura anal (he preferido no ponerlo en el título jajaaa no me preguntéis por qué jajajaa). Se produjo debido al esfuerzo del parto... Y duró más de 6 meses. Estuve a punto de entrar en quirófano, pero a partir de los 6 meses empezó a mejorar notablemente y finalmente descartamos la intervención. Aún a día de hoy a veces me molesta todavía, pero una molestia que nada tiene que ver con aquellos meses.

Lo bueno de la fisura, y menos mal, es que solo dolía a ratos, más o menos durante 4 largas horas después de cada vez que iba al lavabo. La herida se abría de nuevo y no dejaba de sangrar (mejor no doy detalles jajaaaa) de forma que durante largas horas tenía ese dolor punzante que no me dejaba concentrarme en Xavier tanto como me habría gustado. Esos ratos, lo pasaba realmente mal... A diario, por la noche, por el día... Me sentenciaba cada vez que iba al baño. No lo llevaba nada bien... A veces no podía ni estar sentada para darle el pecho a Xavier, y tenía que hacer esfuerzos para no interrumpirle durante la toma cambiando de postura. Así era... Qué tratamiento tenía? Pues un tratamiento más severo que no podía hacerme puesto que daba el pecho. El especialista no me puso pegas en ningún momento, no tuve que escuchar ningún comentario desafortunado de "tendrías que dejar de dar el pecho" no, todo lo contrario. Gracias Dr. Maristany, sin más, porque a veces el trabajo se convierte en un "echar una mano" a quien lo necesita. Me llevaba un control continuado y siempre recibí por su parte un trato excepcional. No hay palabras.

Una noche, tuve dolor intenso otra vez… Serían las 2 o 3 de la madrugada y ese dolor punzante no me dejaba descansar las pocas horas que Xavier me regalaba de sueño. Esa idea rondaba mi cabeza sin parar “tienes que dormir… aprovecha”. La verdad es q el tema del sueño también lo llevaba mal, porque Xavier dormía muy poco rato seguido (muchas medias horas/cuartos de hora) pero claro, eso no daba para mucho… Apunto que pregunté al pediatra una vez incluso sobre este hecho. Mi inquietud era “mi bebé no duerme casi nada” a lo cual el pediatra contestó “nada qué significa? Nada seguido, no duerme?” A lo cual claro, mi respuesta era “no mucho tiempo seguido… pero sí varias veces al día va pegando cabezaditas cortas” Pues bien, “con eso ya tienen suficiente”, me dijo, "el problema simplemente es que no descansáis los padres”… Supongo que así sería… no sé… La cosa es que aquella noche llevaba un rato dormidito y parecía que iba a aguantar… Entonces sucedió el momento que yo he interpretado como “mágico” … Me dolía, no podía descansar, no podía dejar de concentrarme en el “cómo me duele y no puedo dormir”… hasta el punto que deseé que Xavier se despertara y poder cogerlo en bracitos otra vez… Tenía esa necesidad intempestiva de querer abrazarlo y sentirme mucho mejor, de forma que casi sentía que esa criatura iba a ser mi única medicina en aquellos momentos. Imagináis por qué puedo recordar aquel momento como mágico? Pues sí, Xavier empezó a moverse e inmediatamente pidió bracitos con sus gruñidos, que esta vez, sonaban a gloria. Ciertamente, a partir de aquel momento, mi mente se centró únicamente en ese vínculo afectivo indescriptible que me arropó toda la noche permitiéndome sobrellevar mejor el dolor. Xavier fue como la gota de calma en un mar de tormentas. Como véis, muchas veces también ellos cuidan de nosotros. Sin duda.

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