martes, 21 de octubre de 2008

Más que nunca.

Cómo pasa el tiempo no? hoy tengo el día de la memoria retroactiva jajaja No es que me sienta vieja es que me siento a veces demasiado adulta. Y me he puesto a valorar qué partes de mi carácter, de mi forma de ser tan particular han variado con el tiempo.

Creo que la vida pasa por etapas y cada una de ellas te abre nuevas puertas. Recuerdo cuando era más joven y en mi cabeza enumeraba las cosas que me quedaban por hacer: "Acabaré la universidad. Me iré a vivir con mi pareja. Quiero casarme. Y un día tendré un hijo también" Esa, la de tener un hijo, la valoraba como el último cambio decisivo en la trayectoria de mi vida. Y también me planteaba aquello de "y cuándo haya hecho todo eso, qué haré?" Y esa incertidumbre se me presentaba con cierto grado de preocupación. Porque verme casada y con hijos me parecía como el paso a la monotonía de no saber cuál sería el próximo objetivo. Qué cosas! La mente de una adolescente está realmente implicada en cuestionarse tantas cosas cuando todavía no tienes una visión clara de futuro. Es normal y en parte, maravillosa esa inocencia!

Pues hoy me acordaba de eso, de los pensamientos más recónditos que había tenido en aquellos años llenos de expectación. Entonces me he preguntado sobre lo que era y lo que soy. En qué me he convertido. Preferiría volver al pasado? me quedo como estoy? soy tan diferente? en qué he cambiado? y me asaltan los recuerdos y las conclusiones.

Soy muy diferente, así me siento yo. Cómo comparar dos gotas del mismo río? Si al final estamos compuestas del mismo material, la persona que fui ayer y la que soy. Pero la experiencia te moldea te da la forma e inunda tu interior de nuevas carencias y abundancias. Es el día a día de cuando pasan los años.

He de decir que dentro de todo ese proceso "enumerativo" que yo me había creado en mi etapa llamémosla "adolescente" le daba suma importancia a la inquietud "qué sería después de ser madre?". A día de hoy, con el conocimiento de quien lo ha vivido, podría valorar como "sobrenatural" esa premonición de que algo cambiaría tan sustancialmente mi vida que no podía imaginar qué pasaría después. Porque ni acabar la universidad, ni vivir con mi pareja y casarme, nada de eso me marcaría tanto la vida como la maternidad. Y es que me ha cambiado tanto el carácter, las prioridades, la visión de todas las cosas que por eso tal vez de forma instintiva se cerraba conscientemente ahí mi ciclo "imaginativo" en la adolescencia.

Y puedo decir que, aunque maravillosas y bienvenidas todas, creo estar en la etapa más completa de mi vida. Me lo dicen antes y no me lo creo! pero así estoy, mejor que nunca: Más segura, más sencilla, más madura, más sensible, más feliz…

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