jueves, 9 de abril de 2009

Diagnóstico final. Martes y 13 días de fiebre.

Llevo días ausentada y en cierta forma creo que he vuelto a nacer estos días. La causa: un ingreso de Xavier mal indicado y poco justificado una vez conocido el desenlace. Diagnóstico final: otitis media aguda. Un ingreso sí. Un ingreso el pasado domingo después de 11 días de fiebre por diagnosticar, tras una semana de fuerte resfriado, inicialmente tachado de “gripe” hasta el momento en el cual los antitérmicos ya no actúan, la fiebre se acentúa sin control y una alteración en la analítica hace sospechar que hay infección “de carácter desconocido”. A partir de ese momento Xavier se convierte en una especie de “expediente x” para la medicina, tan inexacta y vulnerable.

Y allí seguíamos el martes, en una habitación desesperando porque después de pruebas y pruebas, empiezan a plantearnos ciertas hipótesis que no creo que ningún padre sepa sobrellevar. Qué se puede esperar cuando después de casi dos semanas de fiebre constante, Xavier empeora notablemente. Aún así, escuchábamos a aquel médico mostrando la poca serenidad que sacábamos de ciertamente no sé dónde. Porque a veces tu mundo se derrumba como nunca y eres capaz de no perder la compostura mientras, después de mencionar ciertas posibles y agresivas causas, encima te dicen “pero tranquilos, mientras nosotros estemos tranquilos vosotros debéis estarlo también”. Y piensas “qué fácil cuando no hablamos de tu hijo” Bueno, no es verdad, no piensas eso, eso lo piensas después… Lo que piensas en ese momento es “no puede estar pasándonos esto”.

Horas más tarde acabaría la angustia más insoportable de mi vida, la que te hace minuto a minuto darle mil vueltas mientras ya no puedes contener las lágrimas. Y es que sigo pensando que hay palabras que no se deben mencionar a unos padres, si se habla de su hijo y no estamos seguros de nada. El oído de Xavier acabó por ceder y supurar toda nuestra angustia, y la infección también. Llamamos al médico “que tan claro habla” y entonces nos dió la noticia. Y es que seguramente sea de las pocas veces en que alguien me diga: “Se le ha roto el tímpano. La infección viene dada por una otitis” y sienta cómo me desinflo por dentro quitándome el peso más grande de mi vida.

No creo que haya sido un error médico pues antes del domingo lo vieron y remiraron varios pediatras, siempre revisando los oídos también. Tal vez el tímpano, que actúa como una membrana no dejaba visibles las señales de infección. No lo sé. Pero ahora mismo lo importante es que Xavier está bien, contento y feliz. Y hoy ya nos han dado el alta.


Mientras lo tuve en brazos en urgencias el pasado domingo, y Xavier estaba tan débil medio dormidito, desde mi voz interior le decía “Te acuerdas del día en que naciste? Cúanto luchamos los dos? Pues esta vez, también saldrá todo bien”

2 comentarios:

Lola dijo...

Lo siento mucho, lo que habréis pasado!. Me alegro de que Xavier esté bien y al final no haya sido nada.Besos

La Mami de Xavier dijo...

Gracias Lola! Así vamos... susto tras susto últimamente. Pero empezamos a ver la luz y lo importante es eso, que no ha sido nada importante. Gracias por tus ánimos!!! :-)