Pues ayer volví a pasear perritos abandonados. Hacía semanas que me había descolgado un poquito por estar con Xavier y más en esta etapa que solo quiere andar, correr y moverse. Pero empezaba a pesarme el alma y tenía ganas de reencontrarme con esos bichitos tan agradecidos y necesitados. Así que fuimos a un nuevo refugio donde yo no había estado y estuve paseando con Danko, un husky peloncete y muy dócil.
Caía un sol que abrasaba y claro, los perritos también se deshacían por momentos. Así que al retornar al refugio, la mujer nos ofreció dejar los perritos "a la sombra" y visitar las instalaciones. Muy agradable por cierto, nos explicaba los nombres e historias de algunos de los bichitos. Los noté más desestresados que los animales en otros refugios, tal vez allí estaban más cubiertos de necesidades básicas y podían ser algo más tolerantes a su situación siempre desesperada. No sé el motivo exacto, pero me consolaba notarlos más tranquilos.
Había una casa y dentro habitaciones con perritos más pequeños, material sanitario, alimentación, etc... Acabamos colaborando en la limpieza de dos de las habitaciones donde vivían unos, no sé, unos 15 perritos entre adultos y cachorros? Nos mostró también un gato con torniquete rescatado de un atropello, caso habitual. Detrás de la casa aguardaban algunas jaulas, panorama más desolador.
Y entre tanto, otra vez tuve la sensación de que queda tanto por hacer... en una sociedad en que los animales son primero un capricho y luego un estorbo... reflejo de nuestra poca consideración.
lunes, 25 de agosto de 2008
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