Esta mañana le hemos despertado como cada mañana para ir a la guardería. En mi opinión siempre es demasiado pronto... Para ir a la guardería... y para madrugar también. Ha salido solo descalcito hacia el comedor. Es la primera vez que lo hace y he pensado: mírale, ya es un hombrecito!!!!
No puedo evitar tener esa sensación de que el tiempo pasa más rápido de lo que me gustaría. Es como sentir que cada minuto a su lado es único e irrepetible... Y en parte, eso es lo que hace cada instante más valioso. Tengo un pequeño enanito en casa que me deja regalos todos los días… Conoces a alguien así?
Me dan pena los padres que no se paran a disfrutar de los momentos diarios con sus hijos. Que no piensan en esas pequeñas cosas que tanto ellos como sus hijos necesitan. El agobio, el trabajo, el estrés... Y todo eso para qué? Solo un hijo es aquel ser mágico, único e irremplazable, capaz de recordarte a diario que eres imprescindiblemente imprescindible. Valga la redundancia y sin exageraciones. El único que no te venderá al vecino por reestructuración de personal.
A veces pienso demasiado y en parte, creo que eso me da un valor añadido. No sé qué es la vida si uno, para empezar, no sabe escucharse a si mismo. Cuándo fue la última vez que has sentido como una caricia es tan perfecta que hace daño. Que un vaso de agua es más vital y poderoso cuando está en la habitación de un niño. Que el frío es más gélido y agresivo cuando roza la cálida piel de un bebé. Sensaciones nuevas que descubres mientras sientes que nunca te has sentido así, tan vulnerable.
Últimamente decimos que Xavi ha nacido para Casteller, o más bien para "enxaneta" porque se le puede ver trepar por tus piernas, tu espalda, en cualquier momento. Todo él es increíble: Subir por todas partes... como si le fuera la vida en ello...
A veces lo recuerdo. Otras veces lo pienso y asumo, que sí, que a veces me olvido de cosas. No siempre consigo recordar aquel momento en que hizo algo por primera vez. Y me contengo la impotencia: Mi niño está creciendo y nunca tuve buena memoria. Es el precio que paga la exigencia.
Qué hacer para que el reloj no siga avanzando a esa velocidad de vértigo? Tú no la notas a veces? Es como vivir acelerando, vivir intensamente... pero también a veces y como a mí… no te da miedo?
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario